lunes, 9 de diciembre de 2013

Cuentos del Tío de Lino: La Penitencia

La Penitencia

Pa la semana santa, el Tío Lino tuvo que confesarse. El cura sabía que mucho le gustaba fumar y poreso le dio de penitencia que fume un solo cigarro al día. Pero en la noche se fue a la iglesia y los muchachos ya lo estaban esperando con un cigarro cada uno pa que les cuente cuentos. En la plazoleta el Tío se sentó en las gradas que suben al coro y ahí se puso a pensar: ¿Quiago? Con las ganas de fumar todos los cigarros. Entón se le vino la idea; arrebiató uno tras otro los cigarros haciendo un cigarrote grandazo, tan largote, que tuvo que encenderlo en una candelita que brillaba por tronache que queda a una legua de lejos.


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Arrebiatar: Atar elementos que se van yuxtaponiendo.   

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