La Penitencia
Pa la semana santa, el Tío Lino tuvo que
confesarse. El cura sabía que mucho le gustaba fumar y poreso le dio de
penitencia que fume un solo cigarro al día. Pero en la noche se fue a la
iglesia y los muchachos ya lo estaban esperando con un cigarro cada uno pa que
les cuente cuentos. En la plazoleta el Tío se sentó en las gradas que suben al
coro y ahí se puso a pensar: ¿Quiago? Con las ganas de fumar todos los
cigarros. Entón se le vino la idea; arrebiató uno tras otro los cigarros
haciendo un cigarrote grandazo, tan largote, que tuvo que encenderlo en una
candelita que brillaba por tronache que queda a una legua de lejos.
Arrebiatar: Atar elementos que se van
yuxtaponiendo.
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