lunes, 2 de diciembre de 2013

Cuentos del Tío Lino: Los Pavos

Los Pavos


La Tía Chuspe había criao sus pavos y quería venderlos a un buen precio en Ascope que está a treinta leguas en el valle Chicama. Como eran artos, el Tío se puso a pensar como los iba a llevar sin padecer mucho. Un día dijo: ¡Yastá!, y al otro día salió de madrugada en su macho moro diciéndole a la Tía Chuspe que los deje de hambre dos días y al otro día temprano los arree a la fila del cerro Nondóndiónde  se divisa el valle. Cuando llegó el día, la tía columbró desde Nondón un humito por Sauzal y a lo lejos se oyó al Tío Lino llamando a los pavos: Tuuuc…tuuuc… tuuuc, igualito como cuando les votaba grano en el patio de la casa. Los pavos se quedaron oyéndolo, golgolearon, y entón la Tía Chuspe los arreó al precipicio; ahí nomá agarraron vuelo en parvada y su sombra corría por el campo como de nube. Cuando pasaron por Cascas los casquinos salieron de sus casas y se espantaron con la sombra y el ruido; desde ese día se quedaron pálidos hasta hoy.
Mientras tanto el Tío llame y llame, hasta que llegaron los pavos, se asentaron, comieron su maíz que les había regao y después los arreó como chivos hasta Ascope que ya estaba cerca.

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Golgolear: Onomatopeya lugareña que dice del grito del pavo.

Quedar pálidos: evidentemente burla a costa de los casquinos. Cascas fue un distrito de Contumazá que tiene un clima calidoso –Se encuentra ubicado en el Alto Chicama-. Los casquinos fueron en el pasado, victimas del paludismo, entre las secuelas que dejaba este mal era el color pálido. 

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