Los burros cansados
Una vez venía el Tío Lino desde Ascope
trayendo carga en su peada de burros.
Cuando estaban por el algarrobal nomá, los
burros yastaban cansadotes y empezaron a echarse uno tras otro. Sin saber que
hacer el tío se puso a pensar y ahí mismo le vino la idea:
Sacó de su alforja los ajices del fiambre,
los partió y levantándoles el rabo, a cada burro le metió su tajada de ají por
el sopino.
Ni bien sintieron el ardor, los burros
arrancaron la carrera dejándolo botao al Tío.
Cuando estaban por la colgadera los perdió de
vista y él yastaba sacando la lengua…
- ¿Y
hoy quiago? –dijo- y ahí nomá le vino la idea de ponerse el también su raja de
ají. Ni bien luizo, salió como cuete. Puel camino eran una polvadera del
arriero y los burros corriendo desbocaus…
Cuando estaban ya cerca de su casa, el Tío
grito a la Chuspe:
- ¡Ataja,
ataja los burros porque yo me paso de frente…!
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Sopino: trasero.